Suite
Habana (Fernando Pérez, 2003)
La luz de un faro ilumina periódicamente la ciudad en la madrugada; mientras, una mujer se sienta a vigilar la
estatua en la plaza Lennon. La Habana parece haberse quedado atrapada en una década pasada, a pesar de su dinamismo
y de la energía de su gente. Contrario a
la homogeneidad que se espera en una sociedad comunista, está llena de
contrastes y los miles de rostros que la habitan se transforman durante el día hasta
alcanzar un aspecto totalmente diferente. Fernando Pérez nos presenta la
capital cubana desde los contrastes y las contradicciones de sus habitantes en
Suite Habana.
Como toda sinfonía de espacio Suite Habana pretende mostrar
el cambio de “La Ciudad” a través del día. Por esto son recurrentes los planos
abiertos en los que se ve un amplio espacio arquitectónico con personajes
minúsculos moviéndose en él. El faro que
alumbra los techos de la ciudad al inicio de la película y la siguiente escena
en la que un hombre y una mujer intercambian la silla frente a la estatua de
Lennon son una muestra de esto. Sin embargo, quizá el plano más impactante sea
el del malecón, en el que las olas chocan contra la carretera mientras autos de
viejos modelos cruzan por la vía, con edificios antiguos de fondo.
Los planos medios por su parte se usan para mostrar la
interacción entre los personajes de la película. Es un tipo de plano recurrente en escenas como en la que Francisquito
hace sombras chinescas con su papá o mientras está en la escuela sentado con
los demás niños. También es común ver planos medios mientras los personajes
realizan trabajos manuales. Los planos detalles son menos frecuentes. Sin
embargo, durante la película aparecen
primeros planos de los diferentes rostros de los protagonistas o las manos
de Raquel e Iván mientras trabajan en la fábrica de perfumes y la lavandería, respectivamente. También, es habitual
la inclusión de planos medios como transición entre un primer plano y un plano
más general o viceversa. Dentro del montaje
también es común que los planos detalles sean usados para enlazar dos
escenas dentro de la misma secuencia.
Frecuentemente aparecen planos detalles aparentemente
inconexos a los que solo al abrir el plano les encontramos sentido. Un ejemplo
de esto es la escena de la fábrica de perfumes en las que vemos muchos detalles
de las máquinas, pero solo logramos comprender de que se trata cuando vemos un
plano general con Raquel trabajando allí.
Desde la composición de los planos es común durante la
película que los planos abiertos encontremos unos objetos específicos,, generalmente
personajes, que llaman la atención,
cumpliendo con la ley de tercios. Los ciudadanos en la escena frente a la estatua
de Lennon por ejemplo. También respeta la ley de horizonte en todos los planos,
como podemos observar en la escena en la
que Francisquito y su papá suben a la terraza, por ejemplo. También se respeta
la ley de miradas, ya que en todas las tomas el espacio que los personajes
tienen al frente es mayor que el que tienen a su espalda.
Los movimientos se caracterizan en su mayoría por ser lentos y suaves tanto los movimientos dentro
del cuadro, como los movimientos de
cámara. Personajes y vehículos que se mueven lentamente y en línea recta, paneos
suaves y el dolly a través de la callejuela estrecha por la que pasan
francisquito y su abuela.
La transiciones mas usadas son los cortes directos con
algunos fundidos en el plano del faro y en el epílogo en el
que se presentan los sueños de cada uno de los personajes. Son de destacar los enlaces de orden material como
los planos en los que se pasa del rostro de un protagonista a otro y de
orden dinámico y estructural como cuando los ventiladores en la
habitación de Jorge Luis y las turbinas en las que despega.
Desde los enlaces es de destacar la analogía de contenido
intelectual en las que las escenas de Jorge Luis despidiéndose de su familia y
subiendo al avión, y Francisco llevándole flores a la tumba de su mujer en el
cementerio lo que también se podría entender como una metáfora de orden
ideológico donde se compara el hecho de abandonar el país con la muerte.
El ritmo está marcado por tres fases. En la primera, empezamos con
movimientos lentos, casi erráticos y se van acelerando del amanecer hasta el medio día en el que hay un pequeño descanso
con movimientos otra vez lentos mientras
los personajes almuerzan. En la segunda, los
movimientos se tornan más rápidos en la tarde, hasta un descanso para cuando llega la noche
y vemos a la mayoría de personajes transformándose.
Finalmente, llegamos a un clímax en el que los personajes dejan
ver una nueva faceta de su personalidad antes de volver a algunos momentos de
calma para posteriormente volver al amanecer, a la plaza Lennon y a la luz del
faro sobre la ciudad donde comenzamos.