martes, 4 de febrero de 2014

EN BÉLGICA LOS VAQUEROS LLORAN

Alabama Monroe (Felix Van Groening, 2013)

Un ataúd blanco rodeado de flores, también blancas,  es cubierto poco a poco por paladas de fango. Esta es sin dudarlo una imagen impactante; más cuando sabemos que se trata del ataúd de la pequeña Maybelle, y que las flores fueron puestas por sus padres, la excéntrica pareja conformada por Didier, un ateo amante de la música country,  y Elise,  una fanática de los tatuajes, que luego de vivir un idilio amoroso, deberán lidiar con la muerte de su hija.
El círculo del amor se rompe, como se conoció en Latinoamérica, es una película que parece divertirse  en los lugares comunes. Una estética rockabilly, llena de tatuajes y barbas descuidadas tan de moda últimamente acompañan a los desdoblamientos, y los diálogos lacrimógenos sobre la típica pregunta de qué hay más allá de la muerte. Pregunta que seguramente se torna más tormentosa cuando es tu hijo el que está muerto. Sin embargo,  la cinta no se queda en mostrar cómo asumen nuestros protagonistas la muerte de su hija, sino cómo esta situación lleva al límite su relación que hasta el momento  se presentaba casi perfecta.
Desde el montaje hay una maestría en la construcción de la historia, en la que a través de flashbacks se van descubriendo fragmentos, que debemos ir ubicando temporalmente por nuestra cuenta, ya que hasta el final no se nos da una visión completa de la historia. Una especie de rompecabezas narrativo que nos hace participes en la construcción de la trama.
El filme también toma un giro político cuando Didier amante de los Estados Unidos, quien llegara a decir que América era un país donde todo era posible; culpa a la prohibición de la investigación con células madre del gobierno estadounidense por la muerte de su hija.
 Finalmente, de  Alabama Monroe que podría catalogarse como  una película comercialmente buena, aprovechando el uso de lugares comunes a su favor, vale la pena destacar la banda sonora interpretada por The BCB band y cuya música no se queda como un elemento accesorio y decorativo sino que logra compenetrarse orgánicamente dentro de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario