Los Hongos. Oscar Ruiz Navia (2014)
Algunos directores se aferran a la fórmula
con la que alcanzaron el éxito; para
bien o para mal, Oscar Ruiz Navia no es uno de ellos. Después de los premios
obtenidos por El vuelco del cangrejo, el
realizador valluno regresa a Cali para retratar una ciudad tan contrastada,
como los personajes que la habitan. Una ciudad de negros, de blancos, de
jóvenes, de policías, de mujeres, de desplazados, de artistas, y de ancianos.
La Cali de Los Hongos huye del
estereotipo de la metrópolis desarrollada, del suburbio marginal o de aquel
“jardín” lleno de mujeres hermosas; la urbe
representada por Navia es todas estas ciudades y a la vez no corresponde
a ninguna.
Estilísticamente, Navia también abandona el
carácter lento que marcó su primer largometraje. Por el contrario, Los
hongos es una película fragmentada que no se detiene a contemplar ninguna
acción. El filme adopta un ritmo delirante, que, cómo la cotidianidad de sus
dos protagonistas Ras y Calvin, pasa de un espacio a otro de manera
vertiginosa.
A pesar del
frenesí, la ciudad se presenta amena y llamativa. En las últimas escenas
la película sale de Cali para retratar los imponentes paisajes del Valle del
Cauca; sin embargo, durante el resto del filme la cámara se deleita con el
minimalismo de la estética urbana. Las calles de los barrios populares y los
puentes sobre las grandes avenidas, son mostrados desde un punto de vista que
hasta entonces había pasado desapercibido.
Sin embargo, el encanto de Los Hongos termina con la
interpretación de los actores naturales, quienes nunca logran hacer
creíbles a los personajes. A pesar de tener protagonistas bien construidos y un
trasfondo sólido, la actuación impide al espectador sumergirse completamente
en el universo de la película.
De otro lado, Los Hongos pareciera querer agotar todas las temáticas de la
ciudad. Desplazamiento, represión
policial, amor adolescente, grafiti, diversidad sexual, vida nocturna, desigualdad
y corrupción política aparecen en
distintos momentos. En vez de atravesar la película, las temáticas parecen solo
rozarla en diferentes puntos. El afán de retratar todos los aspectos de Cali,
causa que la intención del director se disipe. Los Hongos se presenta como un álbum de postales visto con prisa.
La decisión de Navia de no detenerse en ninguna situación, hace que escenas que
podrían ser memorables, cómo aquellas mujeres negras sorprendidas por Ras
mientras cantan sobre su desplazamiento,
se pierdan entre el vértigo de la urbe.
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